Hace años si querías tener en tu película una persona disparando un arma gigantesca no te quedaba otra que conseguir un arma gigantesca (o armarla), con todo lo que ello implica. Pero luego, con el avance del poder de cómputo de las máquinas y de la sofisticación del software de edición de imágenes, las productoras de cine pudieron crear imágenes de objetos que nunca estuvieron al lado del actor.
Un ejemplo de ese tipo de usos es el de una peli que me gustó: el secreto del abismo (The Abyss). El rostro formado por agua es pura creación de una computadora. Los efectos son convincentes, pero aún se encontraban en manos de los grandes estudios y de los más afamados directores.
Pero la tecnología evoluciona y pone en manos de los pequeños y jóvenes directores, efectos que antes solo eran posibles para un gran estudio.
Me he topado con uno de esos locos nuevos productores de efectos que realiza sus videos con una calidad extraordinaria. Y no solo eso, junto con sus creaciones también publica un breve making of de sus obras para mostrarnos que no es tan dificil llegar a sus resultados.
A continuación una de las obras (Huge Guns) de Freddie Wong.
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